Escuchar el «tic, tic, tic» de un grifo que gotea puede ser desesperante, pero más allá de la molestia sonora, este problema implica un desperdicio de agua considerable. De hecho, un grifo con una fuga leve puede desperdiciar hasta 30 litros de agua al día y, si la fuga es más grave, la cifra puede superar los 100 litros diarios. ¡Imagínate el impacto en tu factura y en el medioambiente! 🌍💸

Las causas más comunes de un grifo que gotea son:

🔹 Desgaste de la junta de goma: Con el tiempo, la goma de cierre del grifo se endurece o se deteriora, permitiendo que el agua se filtre.
🔹 Cartucho interno dañado: En los grifos monomando, el cartucho cerámico puede fallar y dejar pasar agua.
🔹 Acumulación de cal y sedimentos: En zonas con agua dura, los depósitos de cal pueden obstruir el mecanismo del grifo, impidiendo un cierre hermético.
🔹 Válvula defectuosa o floja: Si la válvula no se ajusta correctamente, puede generar filtraciones de agua.

🔧 Solución paso a paso:

1️⃣ Cierra la llave de paso del agua para evitar fugas durante la reparación.
2️⃣ Desmonta el grifo con una llave inglesa y revisa el estado de la junta, el cartucho o la válvula.
3️⃣ Limpia las piezas con vinagre para eliminar residuos de cal. Si la junta o el cartucho están dañados, sustitúyelos por unos nuevos.
4️⃣ Vuelve a montar el grifo y comprueba si el problema ha desaparecido.

Si después de esto el goteo continúa, puede que el grifo esté en mal estado y necesite ser reemplazado. En ese caso, consulta con un fontanero para elegir la mejor opción.